El analista de 247Sports, Andrew Slater, ha publicado que la NCAA está considerando permitir a partir de la temporada 2018-19 que los transfers de D1 sean elegibles inmediatamente para poder jugar en su nuevo destino universitario si superan un cierto nivel académico.
Actualmente solo los jugadores que ya se han graduado en su universidad y todavía tienen años de elegibilidad pueden solicitar un transfer y jugar inmediatamente la siguiente temporada. El resto de jugadores si solicitan un transfer tienen que estar un año de redshirt sin jugar. Lógicamente esto provoca que cuando un jugador quiere solicitar un transfer a otra universidad de D1 se lo piense mucho, puesto que le va a suponer estar una temporada entera en el banquillo. De hecho, en muchos casos, los jugadores solicitan transfers a universidades de D2 o NJCAA puesto que en ese caso no se aplica la norma de estar un año sin jugar.
De aplicarse esta nueva normativa, cambiaría radicalmente el panorama de transfers en la NCAA D1. Inicialmente las universidades más importantes (las que componen la SEC, BigTen, Big12, Pac12, ACC y Big East) lo tendrían mucho más fácil para atraer a jugadores de mid-majors que tienen una buena temporada, es decir, los ricos serían más ricos y las mid-majors lo tendrían cada vez más difícil para destacar.
A quien afecta positivamente esta regla sin duda es a los jugadores, que tendrían más libertad para poder ir a universidades que les ofrecieran mejoras deportivas o académicas, al igual que actualmente ya pueden hacer los entrenadores que no tienen limitación para cambiar de universidad si realizan una buena temporada.
De existir ya esta normativa, hasta 8 españoles se hubiesen beneficiado este año de ella: Laia Solé (Maine -> Duquesne), Rubén Guerrero (USF -> Samford), Crystal Simmons (St.John's -> Morehead St), Yankuba Sima (St.John's -> Oklahoma St), Allison Johnson (Kennesaw St -> Georgia St), Eric Vila (Texas A&M -> Fresno St), Paloma Gragera (Stetson -> Presbyterian) y Naira Cáceres (Maine -> Butler).
